Si
bien entiendo que la filosofía de un gobierno populista tenga bases
clientelares a las que no desea afectar. También entiendo que el ambulantaje no
se termina por decreto y que la situación en San Martín es grave, cientos de
personas dependen de la economía del ambulantaje. La paradoja es que este
ambulantaje abona la cultura de desprecio por la ley y el surgimiento de otros
delitos mayores.
El problema en San Martín es
que tenemos una gran inclinación por apropiarnos de lo ajeno, sacar provecho
del espacio público aunque se afecten derechos de terceros. Qué bien que se capture a
los grandes capos del crimen organizado, pero también que se reubiquen a los
“viene-viene”, los franeleros, los limpia parabrisas, los puestos en las
banquetas.
Qué bien que haya una
estrategia anti-secuestro, pero que también que haya una estrategia anti
apropiación de lo ajeno (incluye las manifestaciones que bloquean vías y plazas
públicas, los cobros de derecho de piso). Todos estos personajes pertenecen a
la misma línea evolutiva del delito. El problema es que no lo vemos así.
Bien dice la frase célebre
de Juárez “… El respeto al derecho ajeno es la paz” una joya del sentido común,
y que los mexicanos no somos un pueblo respetuoso del derecho ajeno, sino
extraordinariamente conscientes del propio.
Si bien en las
administraciones pasadas no hubo voluntad política de terminar con las señales
que promueven y avalan la apropiación de lo ajeno como símbolo de progreso, la
frase de Juárez no será más que letra muerta en libros de historia.
El sistema político actual
se nutre y lucra con los grupos que se apropian de lo ajeno, y la mayor
manifestación de esto acaso sea el gobernante corrupto, que se adueña de un
derecho de lucro. Así, un estadista es quien ve por el derecho de muchos,
mientras que el político convencional y mediocre ve por lo ajeno de los muchos.
A casi 147 años de la frase
juarista, el país está peor en cuanto al respeto por el derecho ajeno. Hay
letras que al morir, nos sepultan. Esta administración
municipal tiene la oportunidad de cambiar para bien, la percepción que hay en
la ciudadanía.
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